La variante ómicron del Covid-19 se detectó por primera vez en Botsuana el 9 de noviembre de 2021 a partir de una muestra recogida por la red para la vigilancia genómica en Sudáfrica y se propaga con mucha más facilidad que el virus original del SARS-CoV-2, puesto que se contagia incluso si la gente está vacunada o no tiene síntomas.
La variante, que causa la misma enfermedad Covid-19, tiene un número grande de mutaciones, varias de las cuales afectan a la proteína de la espícula, utilizada en la gran mayoría de las vacunas actuales. Por su contagiosidad y mutaciones, rápidamente ha dado lugar a subvariantes, y es incluso más contagiosa que la COVID-19, pero con síntomas menos fuertes.
Actualmente, esta sexta oleada del coronavirus continúa extendiéndose por gran parte de Europa y los contagios no dejan de aumentar, cosa que hace que la incidencia llegue a las cifras de las primeras oleadas de la pandemia.
De los nuevos contagios, cerca del 86% son causados por la variante Ómicron, y ya se han detectado los primeros casos de la subvariante BA.2 bautizada como “ómicron sigilosa” por su capacidad de evadir las pruebas PCR, puesto que no presenta mutación del gen S.
Sintomatología:
En cuanto a los síntomas de la BA.2, los primeros estudios concluyen que su comportamiento es muy similar al de la variante original Ómicron, la BA.1. Por eso, no hay ninguna señal característica que permita distinguir entre las diferentes variantes, puesto que los síntomas son muy parecidos.
Estos son los síntomas más frecuentes de la variante ómicron:
- Fiebre
- Fatiga
- Tos
- Dolor de garganta
- Dolor de cabeza
- Dolor muscular
- Ritmo cardíaco elevado
Riesgos:
La nueva variante ómicron es la representación de un número diverso de mutaciones. Algunos de los riesgos que presenta son:
- Más riesgo de reinfección en los pacientes que ya han presentado COVID-19.
- Aumento de personas contagiadas.
- Dificultad para detectar la variante en las pruebas PCR que se utilizan regularmente para el SARS-CoV-2.
Vacunación:
La composición de Ómicron contiene aproximadamente medio centenar de mutaciones, por eso existe una alta probabilidad de contagio, puesto que las mutaciones se encuentran en la espícula del virus. Las mutaciones despistan los anticuerpos, disminuyen la efectividad de las vacunas y penetran al organismo con facilidad.
Aunque esta nueva variante de la COVID-19 se encuentra en su punto de mira por su rápida propagación; la aparición de los síntomas es leve en los pacientes que han sido vacunados.
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