Ya lo dicen: la primavera la sangre altera, y es que nuestro cuerpo nota más que nunca el cambio estacional del invierno a la primavera, haciendo que a menudo se manifieste con signos de cansancio y somnolencia durante el día, falta de energía o problemas de concentración. Este cuadro patológico se denomina astenia primaveral, ¡y es mucho más común de lo que crees! Es por eso que en este post te hablamos de que te causa la fatiga estacional y como puedes eliminarla.
Mayoritariamente, esta sensación de cansancio es provocada por toda una serie de factores ambientales:
- El cambio horario: para disfrutar de más ratos de sol, los relojes avanzan una hora. Aunque no nos parezca, este cambio horario afecta a toda nuestra rutina y esto puede provocar que nuestro sueño se vea alterado y por lo tanto, que no descansemos lo suficiente.
- El cambio de tiempo: en la primavera, las temperaturas suben y con éstas la presión atmosférica. Este factor puede llegar a provocar que perdamos el hambre y, en consecuencia, estemos más ansiosos e irritables, dos síntomas de la astenia primaveral.
- La modificación de la rutina diaria: a consecuencia de los otros factores, nuestra rutina cambia y con esta el tiempo de ocio, los horarios de dormir o comer, etc. Todo esto hace que nos cueste habituarnos a la nueva realidad y que tengamos que hacer esfuerzos para seguir con nuestra rutina normal. En consecuencia, perdemos la energía y la motivación.
Una buena prevención es el tratamiento:
Aunque no exista un tratamiento específico para la astenia primaveral, sí que podemos minimizar los síntomas acelerando el proceso de adaptación de nuestro organismo, es decir, anticipándonos a los cambios estacionales y de horarios. Así pues, te recomendamos que cuides tu alimentación y te hidrates constantemente, de este modo prepararás el cuerpo para el cambio, dándole toda la energía que necesita para superar el cambio estacional. Además, es primordial hacer ejercicio físico y dormir correctamente, puesto que de este modo segregarás más hormonas de las necesarias, haciendo que no se vean afectadas por las circunstancias del paso del invierno a la primavera.
En cualquier caso, tienes que saber que la astenia primaveral desaparece al cabo de una o dos semanas, dependiendo evidentemente de cada persona.